jueves, 18 de abril de 2013

Los frutos de las Vocaciones Nativas


El año pasado, España envió 1.675.912,32 euros para ayudar a la formación de las vocaciones nativasque surgen en los territorios de misión, de los cuales la gran mayoría fue destinado a África.

En la presentación de la Jornada en rueda de prensa, Theodore Kanyiki, sacerdote congoleño, testimonió que sin la ayuda de Obras Misionales Pontificias sería imposible que su seminario hubiera funcionado. “Nuestros seminarios funcionan con la ayuda de Obras Misionales Pontificias al 90%”, afirmó este sacerdote, que se ha dedicado especialmente a la Infancia.

¿Y cómo surge una vocación en un lugar tan recóndito? El P. Theodore contó cómo desde pequeño había quedado impresionado por el sacerdote de su parroquia, por cómo trataba a los niños. Desde entonces, decidió ser como él, aunque los avatares de la vida retrasaron la puesta en práctica. Fue ordenado en 2004, y actualmente está estudiando en la Universidad San Dámaso.

Su pastoral se destina  a los niños: “Hay que cuidar a los niños, ellos no sólo son el futuro, sino el presente de la Iglesia”. Explicó las tretas que usa para captar la atención de los niños: concursos con premios, peregrinaciones… Contó que había organizado varios campamentos: al principio iban 500 niños… ¡pero la última vez llegaron a ser 1.500!

Gracias a Theodore hay miles de frutos. Entre esos niños se encuentran los futuros ingenieros, arquitectos, y por qué no, sacerdotes y religiosas. Gracias a una sola vocación, se abre un camino de esperanza. Las Vocaciones Nativas son por lo tanto “Señal de Esperanza”.

Él es solo un ejemplo. 
Detrás de él hay miles de chicos y chicos que año a año pueden continuar su vocación gracias a tus ayudas. 
¿Por qué no seguir invirtiendo en ellas?

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